lunes, 15 de junio de 2015

EN EL “SER AL DECIR” DE ALFREDO CHACÓN




Amigos de LiPo, tenemos el gusto de publicar hoy en nuestra página el acertado análisis que el escritor Alberto Hernandez hizo sobre el libro "Ser al Decir" de Alfredo Chacón, recientemente  editado por Oscar Todtman.

Ambos autores son relevantes en nuestra literatura, por lo que se hace imperativa la lectura de este análisis y posteriormente del libro de Chacón.

En él se hace un recorrido por la obra de siete escritores notables de nuestro continente,  Lezama Lima, Haroldo Campos, Octavio Paz, Ida Gramcko, Tomás Segovia, Rafael Cadenas y Alfredo Silva Estrada, desde una perspectiva que se ubica en un espacio anterior a la palabra y al que ésta define: el ser de cada creador.

Deseamos nuestra referencia sirva de impulso para que esta  visión de estos escritores y de nuestra literatura complete la comprensión y el disfrute de su aporte vital.


Graciela Bonnet



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Alberto Hernández

1.-

 

En medio de esta profanación, que es mi engorrosa lectura de “Ser al Decir”, de Alfredo Chacón, estudio publicado por Oscar Todtmann Editores, Caracas, 2014, voy y vengo entre las páginas, ayudado por el silencio de la madrugada. Pero también asediado por los signos. Sí. Navego entre palabras, entre sonidos que me empujan a tratar de descifrarme entre tantas ideas: “El pensamiento de la poesía en siete poetas latinoamericanos”. Una aventura intelectual que revela la porfía investigadora del poeta Alfredo Chacón
Se trata de un libro de difícil lectura. Me cuento entre quienes se sienten náufragos en medio de la densidad de un texto que filosofa y obliga a tantear en las sombras. Mi ser se agobia y me cuesta decir. Pero el riesgo, como todo riesgo, admite tropezar y ajustarse al vacío entre tantos abismos. Y así la poesía, ese asunto que extravía, que hace perder el paso hasta la caída. Los huesos rotos de algunas palabras. El Ser (el mío) hecho añicos. Y la lengua partida y mucho no poder Decir.
En este tomo Alfredo Chacón deja correr parte de lo que es: un Ser que Dice para llegar a los nombres que anuncia como estudio: José Lezama Lima, Octavio Paz, Ida Gramcko, Tomás Segovia, Haroldo de Campos, Rafael Cadenas y Alfredo Silva estrada. 



2.-
Chacón se mueve entre dos aguas: al enunciar “el sentido sustantivo de “ser” humano” como en el adjetivo de “ser “humano”. Promuevo una idea con la intención de terminar mi entrada en los poetas antes mencionado. Chacón trata el ser desde lo que califica. Ser no determina humano. Sólo Ser. Pero cuando allana ese camino y alude “humano”, Dice. Completa el juego: Ser un humano indica que piensa. Pensar apunta al hecho de que es humano. Adjetivo y sustantivo se valen para precisar que existe una reflexión en el enunciado “Ser humano”: enunciado adjetivo/sustantivo-sustantivo/adjetivo. De allí que humano-ser, por otro lado, sería una nueva opción: humano igualado a ser. Ser y humano, complementarios. 
Y así Ser al Decir deviene pensamiento, relato, texto, voz, narrativa, correlato, tentación, poema, poesía, ensayo, silencio. Un damero ontológico. Ser algo, en este caso, alguien, es ser humano, por tanto, capaz de hablar, de Decir, que podría ser distinto de hablar.


3.-
¿Qué pasa entonces con la poesía? ¿No es acaso Ser? ¿No es acaso Decir y, en consecuencia, no es acaso humana? En su libro “La poesía como pensamiento” (La rama dorada/ Huerga y Fierro Editores, Madrid/ Murcia, 2003), Miguel Casado afirma que “La postura antidogmática se niega a establecer jerarquía, tampoco quiere excluir con lo uno lo otro, pero poesía y filosofía aparecen como dos caras distintas de la misma cosa –el derecho, el revés- y por ello no pueden mostrarse simultáneamente”. ¿Cabe esta afirmación en el tema que se está tocando? Sí y no. Por un lado, la poesía se revela lenguaje inventado, creativo. El de la filosofía, reflexivo. Por el otro, hoy día los géneros han vaciado sus bolsillos y tanto poesía como filosofía se dan la mano. Dejar de decir que el nacimiento de la filosofía tuvo su asiento en iluminaciones verbales, no es ningún yerro. No se excluyen, así Ser y Decir. De modo que el Ser lo es cuando dice. Y Decir es mostrar Ser, en este caso, humano. Que no hay otro.
¿Qué nos quiere decir Chacón cuando escribe “…las líneas escritas por estos poetas en su pensamiento de la poesía, fuera de su poema pero siempre desvividos por el anhelo de merecerla como su ley tácita, y de mantenerse al tanto de sí mismos a la vez como sus súbditos y veladores”? La madrugada, lo que queda de ella, me inclina a pensar en el silencio. Vertebro la proposición del autor del libro que me escuece: la respuesta: hay un alguien fuera del poema que no dice, que se somete a una norma diferente, no advertida, a la que lo afana cuando es Ser para el poema. Un poeta es el “vigilante” de su obra, pero también su servidor. La poesía, que no es poema (pensemos en Octavio Paz), desdice de lo que no oculta. Entonces, un poco más adelante, Chacón lo avisa: “Es decir, una lectura abocada a comprender sus proposiciones acerca del advenimiento del poema y de su inscripción en la lengua, en la página, y en la memoria…”. El poeta Dice, Escribe y crea Cultura. Esos tres elementos hacen el Ser que existe al Decir. 

 
Alfredo Silva Estrada

 
4.-
Cuando Alfredo Chacón llega a la puerta de Lezama no deja de tocar sus ensayos. Se trata de una poética nada fácil de entrarle. Se trata de laberintos que el mismo poeta ha elaborado, construido, porque elabora una teoría para que el lector pueda descifrar la salida. Digamos, Ser lector es Decir pensamiento: para leer es preciso ir más allá de la simple ironía, del mero regodeo: Lezama Lima es más exigente. Así lo añade nuestro autor: “…para Lezama Lima es falso todo supuesto acercamiento a la poesía que junto con el deseo no admita la imprescindible dificultad de una promesa, el requisito para leer con provecho sus ensayos es mantener siempre vivo el contacto con la riqueza fluyente que en ellos se depara. Quiere decir, entre otras cosas, no abordarlos por los caminos vacíos de la lógica, los innobles del sectarismo  estético o los resecos de la impostura magisterial; pero eso sí, sin que esto signifique que ante ellos se deba prescindir del buen uso de la razón poética”. 
Queda en el ambiente de estas páginas este verso (podado, pero con “su pulpa semántica”) del poeta cubano: “la poesía”/ “es”/ “disolver nuestro cuerpo para que llegue a ser forma”.
Luego de repasar varios textos de Octavio Paz, el segundo poeta estudiado, Alfredo Chacón concluye junto con el mexicano que “Lo que somos, se corresponde palmo a palmo con lo que es la poesía; y esta correspondencia le confiere al poeta el honor y el deber de su tarea”. Entonces cita a Paz para conferirle Decir al poeta estudiado: “La libertad del hombre se funda  y radica en no ser más que posibilidad. Realizar esa posibilidad es ser, crearse a sí mismo. El poeta revela al hombre creándolo. Entre nacer y morir hay nuestro existir, a lo largo del cual entrevemos que nuestra condición original, si es un desamparo y un abandono, también es la posibilidad de una conquista: la de nuestro propio ser”. Muerte e inmortalidad, tema trabajado por Juan David García Bacca.

Un descanso para ver salir el sol. Apenas llueve. El cielo se abre en luz y agua. Mientras tanto, el libro de Chacón me mira desde su encendida portada. Y me llama: el tercer poeta que ha merecido la atención del escritor venezolano es la también venezolana Ida Gramcko. De ella, Chacón se expresa así: “La conciliación entre continuidad y cambio, y entre ciertos extremos de la experiencia personal que en otros casos serían disyuntivos, fue un rasgo preeminente de la existencia de Ida Gramcko”. Es decir, la nacida en Puerto Cabello luchó para no perder el ritmo de su vida en el tránsito de mudanzas y pérdidas. La poesía de esta mujer ahonda en lo humano, en lo dolorosamente humano, en su Ser, que es el Decir de su vida. De esta primera mirada de Chacón se desprende otra: “Desde que hubo símbolo, hubo dualidad”: éstas son las primeras palabras de ´Poética’. Ellas marcan a la vez el punto de partida y la meta de su reflexión, ya que si para Ida Gramcko el símbolo es inseparable de la dualidad es porque todo lo que existe no es más que “trasfondo escondido”. Persona y poesía se hacen una sola imagen, un solo instante, un solo Ser, un solo Decir. Uno sin el otro es imposible. El poeta elabora símbolos, se convierte en uno de ellos. Y a la vez, se dice ellos, hasta la “salvación” o hasta el naufragio.

Ida Gramcko (11/10/1924 - 2/5/1994)

5.-
El poema se dice y se expande. Es también Ser al decirse. Es humano. En esta inflexión Chacón se encuentra con Tomás Segovia. Se pasea por su “Poética y Profética” para poder desanudar los símbolos en los que el poema se ampara: “Al escoger el tema de la significación como su objetivo principal en el debate teórico, Tomás Segovia opta por un modo de conocer decididamente opuesto al de la regimentación doctrinaria, que con todas las ínfulas de un racionalismo engreído evade los fueros del sujeto y propicia una imbricación confusa de realidad y subjetividad”. La dualidad se vierte opaca: el poeta navega por aguas poco seguras: es poeta y profeta. Dice y es Ser, pero se expone en demasía. Esa apuesta también forma parte del Ser al Decir lo que no es y podría ser.
La montaña que miro en horas tempranas del día se debate entre el sol y una lanuda tradición de nubes que caen sobre el mar que no logro ver pero sí imaginar detrás del muro natural del Henri Pittier. Me vuelvo al libro de Alfredo Chacón y leo: “…las deliberaciones concretistas de Haroldo de Campos no tienen un origen ni un destino puramente especulativos; no consisten en reflexiones y asimilaciones exclusivamente teóricas o históricas. Es en el terreno de la creación y la comunión poética misma donde se consolida el impulso que a ellas les garantiza el derecho a la existencia y las somete a la prueba de la contemplación y la lectura”. Se ha paseado el estudio por los trabajos de traducción, ensayos y poéticas enlazadas a un ritmo en el que el Campos no deja cabo suelto. Su trabajo es un todo en el Ser que Dice y desarrolla en una obra densa sobre estética y poesía.


Rafael Cadenas aparece en estas páginas. Es el Cadenas Ser, el Cadenas que Dice y construye ideas poéticas pero también ensayísticas. Es el Cadenas redondo: poética y pensamiento auscultador de la realidad. De él, Chacón perfila: “Así pues, para el poeta Rafael Cadenas lo primero es el misterio de la vida en su dimensión más verídica aunque más inadvertida y maltratada; más digna de compenetrada cercanía, pero más desatendida por el sentimiento, el quehacer y el pensamiento. Para él es allí donde surge “el problema que nos parece principal hoy”, es decir: ¿por qué toda personalidad, aunque tenga éxito, cualquiera que sea éste, fracasa siempre en un plano más profundo?” Se entiende sin más que la respuesta tiene que ser buscada en la hechura misma de la realidad tal como hoy en día ella nos hace y nos deshace mientras nosotros del mismo modo le correspondemos”.

Cadenas, por lo anterior, ha desarrollado una poesía aforística, cercana a la filosofía, a la mirada que lo hace real, a la mirada que a veces lo borra. Cadenas es un buscador de realidad, dela realidad que lo sumerge en unos versos desnudos, reveladores de pocas imágenes. La poesía de Cadenas es puro pensamiento. 

Para cerrar con candado seguro la casa de estas páginas, Alfredo Chacón lo hace con otro poeta venezolano, Alfredo Silva Estrada.

La poesía de Silva Estrada era para muchos un discurso extraño. Se trataba de una lectura cuya resonancia estaba en otros ámbitos. No se trataba del paisaje diario de algunos  autores de la tradición. No se trataba de la ciudad. No se trataba del hombre común que advierte la presencia de la lluvia.La poética de Silva Estrada va más allá: se centra también en el pensar profundo para luego Decir y sentirse un Ser que se debate entre el silencio y la lejanía de otros ambientes poéticos. Una poesía del vivir. Él mismo tituló uno de sus trabajos “La palabra transmutada. La poesía como existencia”. Y desde allí, o desde antes, desde el instante en que se supo poeta, comenzó a labrar palabras con la intención de hincar hondo, en lo oscuro, en una suerte de vibración metálica. 

Chacón expresa de él: “De manera que el pensamiento poético de Silva Estrada, al tener siempre como centro de atención a la poesía y al poema, y dirigirse en todo momento al poeta como ser responsable ante el Ser, surge y se sostiene sin desvío frente a las entidades esencialesque, en sus términos y en los de la opción filosófica en que este pensamiento se inscribe, vienen a ser la existencia y su consentimiento, el lenguaje, el Ser, y el poeta”. 

Es decir, Silva Estrada era un poeta dedicado a la vida en poesía, en permanente observación del lenguaje, del Ser que lo arropaba verbalmente. 

Octavio Paz
6.-

Una segunda parte de este tomo, que lleva el título del libro, nos conduce por otros senderos. Habla del “sentir que somos”, de modo que no se hace responsable de las carencias de los lectores que no tengan imaginación, que no se mantengan a flote sobre las ideas, los que podrían perder el aliento y parte del tiempo sumergidos, digo yo, en una caverna llena de murciélagos. 

Sentir ser, según Chacón, nos conduce a oír, luego a leer. De modo que esta tríada confirma el esfuerzo del pensar para decir y luego intelectualizar lo contenido en el Ser. Se es para mostrar. Y la mejor manera de este existir es crear. Vivir creando, sentir creando. Voz, fonación, audición: somos animales que oímos y hablamos. Los otros, los que miramos con desdén, sólo oyen, balan, chillan, cantan, no escriben poesía, pero son objeto de ella. Como la cosa, el objeto frío. El ser que siente podría constituirse en servidor de esos “seres” o trastos inferiores. Esta reflexión, ajena  a las de Chacón, me permite asirme de aquella imagen que nuestro autor deja trazada: “la belleza que no piensa”. 

Varias ideas saltan de un lado a otro. Poemas que bajan el telón de esta obra de Alfredo Chacón. Obra que a mí, como lector dedicado a la contemplación de las estrellas, hace resentir en su más blando interior. Este libro, difícil y tramado, es también una manera de liberarnos de ciertas pesadumbres. Un libro para pensarlo. Un libro que lo piensa a uno como curioso. Un libro pensante. 


Alfredo Chacón: Lenguaje y pensamiento en Ser al Decir



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Alberto Hernández



Nació en Calabozo, estado Guárico, el 25 de octubre de 1952. Poeta, narrador y periodista. Se desempeña como secretario de redacción del diario “El Periodiquito” de la ciudad de Maracay, estado Aragua. 



Fundador de la revista literaria Umbra, es miembro del consejo editorial de la revista Poesía de la Universidad de Carabobo y colaborador de publicaciones locales y  extranjeras. Su obra literaria ha sido reconocida en importantes concursos nacionales. En el año 2000 recibió el Premio “Juan Beroes” por toda su obra literaria.




Ha publicado los poemarios La mofa del musgo (1980), Amazonia (1981), Última instancia (1989), Párpado de insolación (1989), Ojos de afuera (1989), Bestias de superficie (1993), Nortes (1994) e Intentos y el exilio (1996). Además ha publicado el ensayo Nueva crítica de teatro venezolano (1981), el libro de cuentos Fragmentos de la misma memoria (1994) y el libro de crónicas Valles de Aragua, la comarca visible (1999).  Recientemente ha publicado «Poética del desatino» y «El sollozo absurdo».




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Graciela Bonnet


 Nació en Córdoba, Argentina, en 1958. Es Licenciada en Letras por la Universidad Central de Venezuela (1984). Ha trabajado 25 años como correctora de pruebas y supervisora de ediciones por contrato para todas las editoriales venezolanas, entre ellas Monte Avila, Planeta, Biblioteca Ayacucho, ediciones de la Casa de la Poesía, Pomaire, Eclepsidra, Santillana, Editorial Pequeña Venecia, La Liebre Libre. Experiencia de tres años como redactora free lance para una editorial de libros de autoayuda. Escritora fantasma (sin firma) realizó investigaciones para crear libros, novelas, tesis y monografías.Es dibujante amateur. En 1997 el grupo editorial Eclepsidra publicó su poemario "En Caso de que Todo Falle." En 2013 editorial Lector Cómplice editó "Libretas Doradas, Lápices de Carbón" En el año 2000 participó del encuentro de Mujeres Poetas en Cereté, Colombia.





Actualizada el 15/12/2023




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